Adiós adiós 2007...

Se fue, al fin se fue...

Este 2007 fue un año diferente, un año de esos de cambios que dan miedo. Fue un estironzazo personal, algo así como cuando uno está en la adolescencia y de un día para otro crece lo que parecen 20 cm... algo así pero en el crecimiento personal, sólo que en ese caso fueron como 20 años lo que sentí que crecí.

A grandes rasgos. El 2007 fue el año en que hice cosas que jamás imaginé. Fallé, triunfé... tuvimos un referendo de la gran P... un frente azucarero que me confirmó la esperanza de que una Costa Rica mejor si es posible y de la gente valiosísima que hay en mi cantón, y en todo el país. Fue el año de la gran lucha, y de la gran goma moral. Fue el año del celular volador, el soldado de batalla de mi Sergito querido, el año de los domingos de mantas y festivales en el parque, fue el año de ya no más ensamble (me revelé, ya era demasiado) el año de más coro. Que por cierto con eso del coro le he quitado el estereotipo de babosas de muchas compañeras, así como he confirmado el de otras.

Este año fue una montaña rusa emocional, entre la lucha y la pérdida, el luto familiar y de aquello que entendí como un adiós cuando en realidad era un hasta luego... Fue el año de empezar a bretear y de los pleitos re-estúpidos en la U. Fue el año en que me di cuenta que en políticas hay muchos compañeros y compañeras, pero si tenés dos amigos es demasiado... el año en que me di cuenta que de nada vale ser una gran profesional con las mejores notas si por el lado humano estás hueca, si no tratás a los otros con humanidad, con respeto, si te olvidás que estudias para trabajar con personas... de ahí que uno de mis propósitos de este año es aprender más en la U, pero no hacerme adicta al brete... aunque esa es una meta de vida...

Este año me decepcioné de personas que consideré en algún momento como mis amigas, y me di cuenta que las amigas trabajan calladitas, a espalda de uno defendiéndote cuando ni cuenta te das que te están comiendo... este 2007 confirmé que los chismecitos y las comidillas de gente no se acaban en el cole, por el contrario ahí comienzan. En este capítulo me di cuenta que muchos que creíamos que se puede separar la parte laboral de la humana estábamos muy equivocados, pues somos seres tan complejos que tenemos todos los ámbitos vitales revueltos y que todo viene en el mismo paquete.

Conocí los seres maravillosos que viven dentro de personas que uno ni se imagina. Hice nuevas amistades, consolidé viejas amistades. Fue un año de ver a las personas un poquito más de cerca. Fue el año empírico, los libros se quedaron engavetados porque aprendí directamente en el campo, con la gente, de boca en boca...

Este año salí más, bailé más (hasta Pablito bailó conmigo!)... lloré más y reí más. Fue un año intenso.

Aprendí que el helado de café es un éxito, que las visitas diarias al blog de Montt son adictivas, que Calle 13 es demasiado interesante y me puede llegar a gustar en algún momento, que no hay que asomarse en ojos celestes, que el amor de largo no es cosa fácil, que uno puede cometer los errores que tanto le reprochó a otros, que el perdón es un fenómeno maravilloso y a veces incomprensible, que María, Nice y Maren son esas amigas reales que están ahí aunque no nos veamos mucho (aunque eso ya lo sabía)...

Este año se acabó el ciclo en la Banda Municipal, al menos como músico de planilla, me di cuenta que el amor a la institución es falso si no hay crítica, pues si uno realmente ama procura el crecimiento de eso que se ama... pero no es que me vaya del todo, si no que ahora aportaré de otra forma. Pero que falta que hace tocar.

Este año fue menos flauta, y eso dolió en puta.

Etc, etc, etc... Ese año fue, pasado del verbo ya no... este año será mejor, porque como dijo Nice el pasado aprendimos a punta de palo, pero en este nos toca aplicar lo aprendido.

Bienvenido 2008, este año soy más grande, más mujer y te voy a entrar con los tacones de frente! Ya lo decidí!