lunes, 14 de diciembre de 2009

y le dijiste amor

y le dijiste amor,

y aquello que para mí valía el cielo y los mares, las estrellas, todas las criaturas, las más bellas melodías, el más tierno silencio, los colores, los aromas...

aquello que hacía fiesta en mis sentidos y se deslizaba en mi rostro dibujando sonrisas...

aquella suavidad, aquella paz, aquella cercanía aún en la lejanía...

aquel nosotros tan construido y a la vez tan natural...

aquel nosotros tan nosotros...
todo aquello que me hizo merecedora de tu amor y te hizo merecedor del mío...



se volvió barato, se vació de sentido,

quedó tristemente prostituido
pasó a ser cualquiera
pasó a ser para cualquiera

te volviste uno de aquellos quienes dicen amor con tal levedad
que desdibujan el encanto de su contenido



2 comentarios:

K dijo...

ay lau... entiendo tanto este post...
es el sentimiento de que todo aquello que fue bueno porque era único se va al carajo de golpe...
y los recuerdos que se creían sólo de uno y especiales ya no lo son...
es como la última desilución...

Laila dijo...

Me quedo con la ultima frase, sobre la levedad... y es esta, la insoportable levedad del ser como diria Kundera, lo que mata cuando golpea a aquellos que sabemos que el peso de los sentidos es siempre mas doloroso pero más real que el despilfarro de los olvidos.