y le dijiste amor,
y aquello que para mí valía el cielo y los mares, las estrellas, todas las criaturas, las más bellas melodías, el más tierno silencio, los colores, los aromas...
aquello que hacía fiesta en mis sentidos y se deslizaba en mi rostro dibujando sonrisas...
aquella suavidad, aquella paz, aquella cercanía aún en la lejanía...
aquel nosotros tan construido y a la vez tan natural...
aquel nosotros tan nosotros...
todo aquello que me hizo merecedora de tu amor y te hizo merecedor del mío...
se volvió barato, se vació de sentido,
quedó tristemente prostituido
pasó a ser cualquiera
pasó a ser para cualquiera
te volviste uno de aquellos quienes dicen amor con tal levedad
que desdibujan el encanto de su contenido
pasó a ser cualquiera
pasó a ser para cualquiera
te volviste uno de aquellos quienes dicen amor con tal levedad
que desdibujan el encanto de su contenido
2 comentarios:
ay lau... entiendo tanto este post...
es el sentimiento de que todo aquello que fue bueno porque era único se va al carajo de golpe...
y los recuerdos que se creían sólo de uno y especiales ya no lo son...
es como la última desilución...
Me quedo con la ultima frase, sobre la levedad... y es esta, la insoportable levedad del ser como diria Kundera, lo que mata cuando golpea a aquellos que sabemos que el peso de los sentidos es siempre mas doloroso pero más real que el despilfarro de los olvidos.
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