miércoles, 16 de mayo de 2012

Inevitablemente llega el momento de desaprender.


Olvidar los caminos de lunares, 
desmemorizar los puntos de acceso a la locura
Desarticular todas las rutas de pensamiento que lleven a la nostalgia 
de los abrazos perdidos,
de los dedos enredados,
de las complicidades...


Secar la memoria de humedades lejanas 
de labios atados en prolongados besos.
Reescribir la memoria llenándola de olvidos.
Vaciar de sentimiento - en mares de lágrimas, quizá- cada recuerdo.


Y todo va quedando tan atrás, tan lejano, 
tan desdibujado en la memoria que algún día idealizó...
Todo va quedando, desaprendido, en un corazón que late con dolor,
que cicatriza en memorias
y que, inevitablemente, persiste en recordar.

1 comentario:

Diego Zúñiga dijo...

Recién vuelvo por esta tierra lunar. Me encanto este escrito! Un abrazo :)