además del deseo de besar, de sentir, de tocar
crece el deseo de escribir, de escribirte;
de volver a ser música, a ser letra,
de arder en colores
de narrarte cuentos llenos de inocencia mientras acaricio con malicia tu espalda.
de empaparme de tu lluvia y nadar en la frescura de un verso...
... embarrarme los dedos de arcilla y moldearme en tus manos.
frenesí, palabras contenidas, emociones congeladas,
que amenazan con explotar en una hogera.
y en la intersección de los caminos me siento expectante...
... mientras el viento me guía en alguna de las direcciones...
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