Y después de la tormenta...

Llegó la calma





y fuimos a comprar chancletas y aretes
y caminamos cuanto nos dio la gana simplemente x que nos dieron ganas
y me escuchó tocar y yo lo escuché hablar de política
y nos fuimos juntos a Turri en bus y nos dormimos todo el camino
y nos cominos una pizza grandota entre solo nosotros dos y nos tomamos una birrita
y mi gata prefirió su regazo al mío
...
y pasaron tantas cosas y dejaron de pasar tantas otras
y nos hablamos con franqueza aunque duela
nos dijimos las verdades con amor

Entonces me descubrí sonriendo
y reconocí aquel sentimiento que pone como calidito el corazón
y le miré a los ojos

y me confesé feliz